Sili[k] ... escupe con el alma

Mi corazón supura infección, infección de amor y de su pérdida.

Wednesday, July 20, 2005

Geología

Sí, es cierto, cuando aún tienes ideales puedes sentir cómo una especie de electricidad mística te recorre el cuerpo mientras alguien te dice: “la fe mueve montañas”. El poder de tus actos parece infinito. Sólo es cuestión de paciencia, ¿verdad? De mirarla, de cumbre a falda, un día, dos, una semana, ¿una vida?
Será que la fe es muy fuerte, pero parece que lo es más la geología, porque los ojos me sangran ya de tantas tardes viendo cómo el sol se escapa por el mismo sitio de tu espalda.
Me dicen entonces: “busca otra montaña”. Si fuera imbécil tal vez me convencerían y podría seguir engañando a mi esperanza, pero supongo que he abusado de los libros de geología, quienes me reconocieron que, efectivamente, las montañas se mueven, pero no por mirarlas.
Lo harán por un terremoto, por un volcán, quizá por una riada, y podría darse el caso de que tal conjunción de elementos resultase en el movimiento que esperaba. Pero, desde luego, en cualquiera de esos supuestos, conseguir mi objetivo no habría sido fruto ni de mi fe ni de mi perseverancia. Conclusión: “no condicionamos nada”. Conclusión de la conclusión: “¿para qué tener fe?”. Conclusión de la conclusión de la conclusión: “¿para qué?”. La respuesta ya la sabéis como la sé yo, ¿verdad?: Para _ _ _ _

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